miércoles, 21 de noviembre de 2012

Todo Zen

 
Para el spa de una amiga, hice dos pequeños arreglos, muy sencillos, se veían hermosos y contribuían a la armonía del lugar.

 
Este otro elaborado con gypsophilia, fue todo un sueño, te transportaba al campo, el aroma dulce de las flores y el nido, te hacían sentir que estabas en la campiña, fuera de las preocupaciones y tensiones cotidianas.
 
 Me encanta que las personas dibujen una sonrisa en sus rostros al ver un arreglo, que les evoca memorias de infancia o recuerdos cálidos que estaban guardados.
 

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